El gazpacho extremeño es una de esas joyas culinarias que, a menudo, quedan eclipsadas por la fama de su hermano andaluz, más conocido a nivel internacional. Sin embargo, en la tierra de las dehesas y los jamones, el gazpacho adquiere una personalidad propia, marcada por la sencillez de sus ingredientes y la profunda conexión con la tradición. No es solo una sopa fría para combatir el calor estival, sino un plato que evoca la mesa de la abuela y el sabor auténtico de la Extremadura rural.
A diferencia de otras versiones más elaboradas, el gazpacho extremeño se caracteriza por su humildad y su potente sabor a huerta. La clave reside en la calidad de sus componentes: tomates maduros, pepino fresco, pimiento verde, ajo y, por supuesto, un buen aceite de oliva virgen extra. La presencia del pan, a menudo asentado del día anterior, es fundamental para darle cuerpo y esa textura inconfundible que lo distingue. Es un plato que habla de aprovechamiento y de respeto por el producto local.
Preparar un buen gazpacho extremeño es un arte que se transmite de generación en generación. No requiere de grandes técnicas culinarias, pero sí de cariño y de paciencia para que todos los sabores se integren a la perfección. Es una invitación a disfrutar de la gastronomía más pura y a refrescarse con un bocado lleno de historia y de tradición. Anímate a probar esta delicia extremeña y descubre un universo de sabor en cada cucharada.
Gazpacho Extremeño
Ingredientes
- 1 kg de tomates muy maduros (variedad pera o rama, preferiblemente)
- 1 pepino mediano
- 1 pimiento verde italiano
- 1-2 dientes de ajo (al gusto, se puede omitir si no se desea un sabor muy fuerte)
- 100-150 g de pan asentado (del día anterior o más, tipo candeal o de pueblo)
- Agua fría (aproximadamente 500-700 ml, según la consistencia deseada)
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de vino blanco o de Jerez (al gusto, unas 2-3 cucharadas)
- Sal, al gusto
Para acompañar (opcional)
- Tropezones de pan frito
- Huevo cocido picado
- Jamón serrano en taquitos
- Verduras picadas (pimiento, pepino, cebolla)
Cómo preparar Gazpacho extremeño
- Remojar el pan: Corta el pan en trozos y ponlo a remojar en un bol con un poco de agua fría. Deja que se ablande durante unos 10-15 minutos. Si utilizas pan muy seco, puedes dejarlo un poco más.
- Preparar las verduras: Lava bien los tomates, el pepino y el pimiento. Trocea los tomates y el pimiento. Pela el pepino y córtalo también en trozos. Pela los dientes de ajo.
- Triturar: En un vaso de batidora o en un robot de cocina, introduce los tomates troceados, el pimiento, el pepino, los dientes de ajo (si los usas), el pan remojado escurrido (reservando un poco del agua de remojo si lo crees necesario) y una pizca de sal.
- Añadir líquidos: Vierte el aceite de oliva virgen extra y el vinagre. Comienza a triturar a velocidad media-alta.
- Ajustar la consistencia: Poco a poco, ve añadiendo agua fría mientras sigues triturando, hasta conseguir la consistencia deseada. El gazpacho extremeño suele ser un poco más espeso que el andaluz, pero esto es cuestión de gusto personal.
- Colar (opcional): Si prefieres una textura muy fina, puedes pasar el gazpacho por un colador fino o un chino para eliminar pieles y pepitas. Sin embargo, tradicionalmente, el gazpacho extremeño no se cuela, lo que le confiere una textura más rústica y con más fibra.
- Rectificar el sabor: Prueba el gazpacho y ajusta la sal y el vinagre si es necesario. Recuerda que el sabor se intensifica con el frío.
- Enfriar: Refrigera el gazpacho durante al menos 2-3 horas antes de servirlo para que esté bien frío y los sabores se asienten. Lo ideal es prepararlo con antelación, incluso el día anterior.
Sugerencias de presentación
Sirve el gazpacho extremeño bien frío en cuencos individuales. Puedes acompañarlo con los «tropezones» que más te gusten: unos picatostes de pan frito, huevo cocido picado, taquitos de jamón serrano o un picadillo de verduras frescas.
