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Las alcachofas a la romana, o Carciofi alla Romana, son uno de los platos más emblemáticos y deliciosos de la cocina tradicional de Roma. Este manjar sencillo, pero sofisticado en sabor, pone en valor la alcachofa de una forma magistral, transformándola de un humilde vegetal en una experiencia culinaria inolvidable. La clave de su éxito radica en la pureza de sus ingredientes y una cocción lenta y paciente.

A diferencia de las Carciofi alla Giudìa (alcachofas a la judía), que son fritas hasta quedar crujientes, las alcachofas a la romana se preparan estofadas en una mezcla de aceite de oliva, agua o vino blanco y hierbas aromáticas. El resultado es un corazón de alcachofa tierno y mantecoso que se deshace en la boca, impregnado del sabor intenso del ajo y el frescor vibrante del perejil y la menta (un toque esencial que define esta receta de alcachofas a la romana y la distingue de otras preparaciones).

Este plato es un testimonio de la cocina de la abuela, que prioriza el producto de temporada y la técnica por encima de la complejidad. Ideales para servir como entrante, guarnición o incluso como un plato principal ligero, estas alcachofas a la romana no solo deleitan el paladar, sino que también nos transportan directamente a las mesas de las trattorias romanas.

Alcachofas a la romana

Alcachofas a la Romana (Carciofi alla Romana)

Ingredientes (para 4 personas):

  • 4 alcachofas frescas grandes (con tallo, si es posible)
  • 1 limón (para evitar la oxidación)
  • 1 manojo de perejil fresco
  • 4-6 hojas de menta fresca (imprescindible para el sabor auténtico)
  • 1 diente de ajo grande o 2 pequeños, picado finamente
  • 4-6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
  • 200-250 ml de agua o una mezcla de agua y vino blanco seco (50/50)
  • Sal, al gusto
  • Pimienta negra recién molida, al gusto

Alcachofas a la romana

Cómo preparar Alcachofas a la romana

  1. Limpieza de las Alcachofas:
    • Retira las hojas exteriores más duras de las alcachofas hasta llegar a las hojas tiernas de color amarillo pálido/verde claro.
    • Corta unos 2-3 cm de las puntas de las hojas. Si el tallo está unido, pélalo con un cuchillo o pelador.
    • Con una cucharilla, retira la «pelusilla» o heno interior del corazón si la alcachofa es madura, creando un hueco.
    • Prepara un bol grande con agua fría y el zumo de medio limón. Sumerge las alcachofas y los tallos inmediatamente para evitar que se oxiden y se ennegrezcan.
  2. Preparación del Relleno:
    • Pica finamente las hojas de perejil y las de menta.
    • En un bol pequeño, mezcla el perejil, la menta, el ajo picado, una pizca de sal, pimienta y un chorrito de AOVE.
  3. Relleno y Cocción:
    • Escurre bien las alcachofas y sécalas ligeramente. Abre suavemente las hojas del corazón (presionando un poco contra la tabla) y rellena cada alcachofa con la mezcla de hierbas y ajo.
    • Para que las alcachofas a la romana queden en su punto, elige una cacerola honda o una olla estrecha en la que las alcachofas quepan ajustadas y de pie (con el tallo hacia abajo o la base plana en el fondo).
    • Coloca el resto del aceite de oliva en el fondo de la cacerola. Coloca las alcachofas con la parte rellena hacia abajo.
    • Añade el agua (o la mezcla de agua y vino) y el resto del zumo de limón, hasta que el líquido cubra aproximadamente la mitad o dos tercios de las alcachofas. Sazona el líquido de cocción con una pizca de sal.
    • Cubre la cacerola con una tapa. Cocina a fuego lento o medio-bajo durante unos 30 a 40 minutos.
  4. Finalización:
    • Comprueba el punto de cocción pinchando una alcachofa con un cuchillo en la base. Debe entrar con mucha facilidad y estar muy tierna. Si aún están duras, añade un poco más de líquido caliente si es necesario y cocina por 5-10 minutos más.
    • Sirve las alcachofas a la romana calientes o a temperatura ambiente, rociadas con un poco del jugo de cocción restante.

Alcachofas a la romana

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