El solomillo a la pimienta es un clásico atemporal de la gastronomía internacional, un plato que combina la nobleza de una carne tierna con la intensidad aromática y el picante sutil de una salsa cremosa. Su origen se debate entre la cocina francesa (donde se conoce como Steak au Poivre) y otras tradiciones culinarias europeas, pero su popularidad se ha extendido por todo el mundo, convirtiéndose en sinónimo de elegancia y sabor en la mesa. Es la elección perfecta tanto para una cena especial como para un almuerzo de domingo, ofreciendo una experiencia gustativa que agrada a la mayoría de los paladares.
Lo que realmente define a este plato es el equilibrio de su salsa. Preparada tradicionalmente a base de nata o crema de leche, brandy (o coñac) y granos de pimienta (generalmente negra o verde), la clave está en el arte de desglasar la sartén tras sellar la carne. Este paso permite incorporar todos los jugos caramelizados y sabores concentrados del solomillo, enriqueciendo la salsa con una profundidad umami inigualable. El flambeado con el licor, además de ser un espectáculo culinario, añade una capa de complejidad aromática que distingue al auténtico solomillo a la pimienta.
Aunque la receta original del solomillo a la pimienta suele emplear solomillo de ternera por su calidad suprema y textura, la versión con solomillo de cerdo se ha popularizado enormemente por ser una alternativa más económica y accesible, sin sacrificar el gusto delicioso. Sea cual sea la carne elegida, el secreto reside en el punto de cocción: dorado por fuera y jugoso por dentro. Acompañado de unas patatas panaderas, puré de patatas o unas verduras salteadas, el solomillo a la pimienta es un plato contundente y sofisticado, una joya culinaria fácil de replicar en casa.

Solomillo a la Pimienta
Ingredientes
Para el Solomillo:
- 1 solomillo de cerdo (aprox. 500-600 g)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida
Para la Salsa a la Pimienta:
- 25 g de mantequilla
- ½ cebolla pequeña, picada finamente (opcional, para una salsa más espesa)
- 2-3 cucharadas de granos de pimienta verde en salmuera (o pimienta negra en grano, machacada ligeramente)
- 50 ml de brandy, coñac o whisky
- 200 ml de nata (crema de leche) para cocinar
- 1 cucharadita de concentrado de caldo de carne o 50 ml de caldo de carne (opcional, para realzar el sabor)
- Sal al gusto

Cómo preparar Solomillo a la pimienta
1. Preparar y sellar el solomillo:
- Corta el solomillo en medallones gruesos (de unos 2-3 cm). Sálalos.
- Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego alto.
- Sella los medallones de solomillo: cocínalos por 2-3 minutos por cada lado hasta que estén dorados. El interior debe quedar poco hecho o al punto. Retira la carne y resérvala en un plato. Si han soltado jugos, guárdalos para la salsa.
2. Elaborar la salsa:
- Baja el fuego a medio. En la misma sartén, añade la mantequilla. Si usas cebolla, añádela y póchala hasta que esté transparente (unos 5 minutos).
- Agrega los granos de pimienta (si son verdes, puedes chafarlos un poco para que liberen su aroma). Cocina durante 1 minuto, removiendo.
- Sube el fuego. Vierte el brandy. Si deseas flambear, inclina la sartén hacia la llama o acerca una cerilla larga al líquido para prenderlo (¡con cuidado y con la campana extractora apagada!). Deja que el alcohol se queme y se evapore por completo. Si no flambeas, cocina hasta que el líquido se reduzca a la mitad.
- Añade la nata (crema de leche) y el concentrado de caldo de carne (o el caldo si lo usas). Vierte también los jugos que haya soltado la carne reservada.
- Cocina a fuego bajo, removiendo ocasionalmente, hasta que la salsa espese ligeramente y adquiera una textura cremosa (unos 3-5 minutos). Prueba y rectifica de sal si es necesario.
3. Terminar el plato:
- Vuelve a introducir los medallones de solomillo en la sartén con la salsa. Caliéntalos durante 1-2 minutos por cada lado (o hasta alcanzar el punto de cocción deseado), asegurándote de que estén bien cubiertos con la salsa.
- Sirve inmediatamente el solomillo a la pimienta bañado generosamente con la salsa. Acompaña el solomillo a la pimienta con tu guarnición favorita, como puré de patatas o patatas fritas.












