Preparar ajos encurtidos en casa es un proceso sencillo y gratificante que permite experimentar con diferentes especias y aromáticas. Desde el toque clásico del laurel y la pimienta, hasta atrevidas inclusiones de chile o hierbas frescas, el encurtido casero nos ofrece un control total sobre el perfil de sabor final. Si buscas una forma de incorporar más ajo a tu dieta sin el inconveniente del aliento fuerte, o simplemente deseas un nuevo y sabroso condimento para tus ensaladas, guisos o tapas, esta receta de ajos encurtidos es un acierto seguro.
El ajo, ese humilde bulbo venerado desde la antigüedad por sus propiedades medicinales y su sabor inconfundible, es un pilar fundamental en la cocina mundial. Sin embargo, su intenso picor y su tendencia a repetirse o causar molestias digestivas a algunas personas han limitado a veces su consumo en crudo. Es aquí donde el arte milenario del encurtido interviene para transformar este potente ingrediente en un bocado suave, delicado y sorprendentemente delicioso.
El proceso de encurtido, ya sea mediante vinagre (acidificación) o fermentación (lacto-fermentación), no solo prolonga la vida útil del alimento, sino que lo metamorfosea. En el caso de los ajos encurtidos, la acidez del vinagre y, a menudo, un breve blanqueo previo, consigue domar su pungencia característica. El resultado es un diente de ajo tierno y crujiente, cuyo sabor a la vez a ajo y ligeramente dulce lo convierte en un acompañamiento ideal o un aperitivo exquisito. Además, este proceso ayuda a mantener, e incluso potenciar en el caso de la fermentación, los beneficios del ajo, como sus efectos antioxidantes y su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico.

Ajos Encurtidos
Ingredientes
- 3-4 cabezas de ajo (aproximadamente 200-250 g de dientes pelados)
- 1 vaso (200 ml) de vinagre de manzana o vinagre blanco suave (5-6% de acidez)
- 1 vaso (200 ml) de agua mineral
- 1 cucharada rasa de sal marina
- 1 cucharada rasa de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
- Especias al gusto:
- 2 hojas de laurel pequeñas.
- 1 cucharadita de granos de pimienta negra
- ½ cucharadita de semillas de mostaza (opcional)
- Un trocito de corteza de limón (solo la parte amarilla)

Cómo preparar Ajos encurtidos
1. Preparar y blanquear los ajos (Opcional, pero recomendado):
- Pela todos los dientes de ajo. Un truco es aplastarlos ligeramente o dejarlos en remojo en agua caliente durante 10 minutos para facilitar el pelado.
- En un cazo, pon agua a hervir con una pizca de sal.
- Cuando el agua esté hirviendo, añade los dientes de ajo pelados y déjalos cocer de 3 a 4 minutos. Este paso, conocido como blanqueo, ayuda a suavizar el sabor picante y la textura.
- Escurre los ajos inmediatamente y sumérgelos en un bol con agua muy fría o con hielo para cortar la cocción. Vuelve a escurrir y reserva.
2. Preparar el líquido de encurtido (Marinada):
- En el cazo, mezcla el vinagre, el agua, la sal y el azúcar (si lo usas).
- Lleva la mezcla a ebullición, removiendo hasta que la sal y el azúcar se disuelvan por completo.
- Cuando rompa a hervir, retira del fuego y déjala enfriar un poco.
3. Envasar y reposar:
- Coloca los dientes de ajo blanqueados y escurridos en el frasco de vidrio esterilizado con tapa hermética (capacidad de unos 400-500 ml).
- Añade las especias elegidas (laurel, pimienta, clavo, etc.) directamente al frasco.
- Vierte la marinada aún tibia (no hirviendo) sobre los ajos, asegurándote de que queden completamente cubiertos. Debe quedar un pequeño espacio de aire en la parte superior.
- Cierra el frasco herméticamente.
4. Reposo y conservación:
- Guarda el frasco en un lugar fresco y oscuro o directamente en el refrigerador.
- Tiempo de reposo: Aunque se pueden consumir a partir de 3 días, los ajos encurtidos alcanzan su mejor sabor entre 10 y 15 días. El reposo permite que el sabor del vinagre penetre y las especias aromaticen el ajo.
- Una vez abierto el frasco, conserva en el refrigerador. Los ajos encurtidos duran varios meses si se mantienen sumergidos en el líquido.












