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Mermelada de calabaza

Esta receta te guiará para crear una mermelada de calabaza que te sorprenderá por su sabor y textura. Es perfecta para untar en tostadas, acompañar quesos o incluso como relleno para pasteles y tartas. Anímate a prepararla y descubre el encanto de este dulce casero, que transformará tu percepción de la humilde calabaza.

La mermelada, un dulce placer que evoca recuerdos de desayunos reconfortantes y meriendas caseras, tiene una historia tan rica como su sabor. Desde sus orígenes en la antigua Roma, donde se conservaban frutas con miel, hasta las sofisticadas jaleas y confituras que conocemos hoy, este método de preservación ha permitido disfrutar de los sabores de la fruta mucho más allá de su temporada de cosecha.

Entre la vasta gama de vegetales que pueden transformarse en mermelada, la calabaza a menudo se pasa por alto. Sin embargo, su pulpa suave y dulzona, con ese toque terroso tan particular, la convierte en una candidata excepcional para esta preparación. La mermelada de calabaza no solo es deliciosa, sino que también nos invita a ser creativos con una verdura tan versátil y nutritiva, tradicionalmente asociada a platos salados. Es una manera ingeniosa de introducirla en el repertorio de dulces caseros.

Mermelada de calabaza

Mermelada de Calabaza

Ingredientes

  • 1 kg de calabaza (sin piel ni semillas), cortada en cubos pequeños
  • 800 g de azúcar granulado (puedes ajustar la cantidad según el dulzor de la calabaza y tu gusto personal)
  • El zumo de 1 limón grande
  • 1 rama de canela (opcional)
  • 2-3 clavos de olor (opcional)
  • 1 trocito de jengibre fresco (aproximadamente 2 cm), pelado y rallado (opcional, para un toque picante)

Mermelada de calabaza

Cómo preparar Mermelada de calabaza

  1. Prepara la calabaza: Lava, pela y retira las semillas de la calabaza. Córtala en cubos pequeños de aproximadamente 1-2 cm. Cuanto más pequeños sean los cubos, más rápido se cocerán.
  2. Macera la calabaza: En una olla grande, combina los cubos de calabaza con el azúcar y el zumo de limón. Si vas a usar canela, clavos o jengibre, añádelos en este momento. Remueve bien para que todos los ingredientes se mezclen. Deja reposar la mezcla durante al menos 2-3 horas a temperatura ambiente, o idealmente toda la noche en el refrigerador. Durante este tiempo, la calabaza soltará sus jugos y el azúcar se disolverá parcialmente, creando un almíbar.
  3. Cocina la mermelada: Pasado el tiempo de maceración, coloca la olla a fuego medio-alto. Una vez que la mezcla empiece a hervir, reduce el fuego a medio-bajo y cocina a fuego lento, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue al fondo.
  4. Alcanza el punto de la mermelada: La mermelada estará lista cuando los cubos de calabaza estén muy tiernos y la mezcla haya espesado considerablemente. El tiempo de cocción puede variar entre 45 minutos y 1 hora y 30 minutos, dependiendo de la cantidad de agua de la calabaza y la intensidad del fuego. Para comprobar el punto, puedes hacer la prueba del plato frío: coloca un pequeño plato en el congelador durante unos minutos. Vierte una cucharadita de mermelada de calabaza caliente sobre el plato frío, espera unos segundos y luego empuja la mermelada con el dedo. Si se arruga, significa que la mermelada está lista. Si aún está líquida, sigue cocinando unos minutos más. Retira la rama de canela y los clavos de olor antes de envasar.
  5. Envasa la mermelada: Con la mermelada de calabaza aún caliente, viértela cuidadosamente en frascos de vidrio esterilizados, llenándolos hasta casi el borde (dejando aproximadamente 1 cm de espacio). Cierra los frascos inmediatamente con sus tapas herméticas.
  6. Proceso de baño maría (opcional, para larga conservación): Si deseas conservar la mermelada de calabaza por más tiempo, puedes procesar los frascos al baño maría. Coloca los frascos llenos en una olla grande con agua que los cubra por completo. Lleva a ebullición y hierve durante 10-15 minutos. Retira los frascos con cuidado y déjalos enfriar a temperatura ambiente. Escucharás un «pop» a medida que las tapas se sellan.

Consejos

  • Para una mermelada de calabaza más suave, puedes triturar la calabaza con un pasapurés o una batidora de mano una vez cocinada, antes de envasar.
  • Si prefieres un sabor más intenso, puedes añadir un poco de vainilla en rama o unas semillas de cardamomo.
  • Una vez abiertos, guarda los frascos de mermelada de calabaza en el refrigerador.
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