El conejo guisado es uno de esos platos que evocan la esencia de la cocina tradicional y casera. Presente en el recetario popular de muchas regiones, especialmente en el Mediterráneo y la península Ibérica, este guiso es una celebración de la sencillez y el sabor profundo. Históricamente, el conejo ha sido una carne accesible y nutritiva, lo que lo convirtió en un ingrediente fundamental en las mesas de campo, donde se cocinaba a fuego lento con las hortalizas de temporada y las hierbas aromáticas recién recolectadas. Este proceso de cocción pausada no solo ablanda la carne, sino que también permite que absorba la riqueza del sofrito y el caldo, creando una salsa inigualable.
La belleza de esta receta de conejo guisado reside en su versatilidad y en la posibilidad de adaptarla al gusto personal o a los ingredientes disponibles. Aunque la base del conejo guisado suele ser un buen sofrito de cebolla, ajo, pimiento y tomate, la adición de vino (blanco o tinto), hierbas como el romero o el tomillo, e incluso especias como el pimentón, le confieren matices distintos en cada hogar. Algunos prefieren un toque de frutos secos o un majado de hígado de conejo para espesar y potenciar la salsa, mientras que otros se decantan por un guiso más ligero. Sea cual sea la variante, el resultado es siempre un plato reconfortante y lleno de sabor.
El conejo guisado es un plato ideal para compartir en una comida familiar de fin de semana. No requiere una técnica compleja, sino más bien paciencia y cariño en la cocción. Además, se beneficia enormemente de ser preparado con antelación, ya que, como sucede con casi todos los guisos, los sabores se asientan y se intensifican al día siguiente. Sirve el conejo guisado acompañado de unas buenas patatas fritas, un arroz blanco o simplemente con pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa, y tendrás una experiencia gastronómica que honra las recetas de nuestras abuelas.

Conejo Guisado
Ingredientes
- 1 conejo entero (aproximadamente 1-1.2 kg), troceado
- 1 cebolla grande, picada finamente
- 1 pimiento verde, picado
- 2-3 dientes de ajo, picados o laminados
- 400 g de tomate triturado natural (o tomate frito)
- 100 ml de vino blanco seco
- 300 ml de caldo de pollo o agua
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1 ramita de tomillo fresco
- 1 ramita de romero fresco (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal, al gusto
- Pimienta negra recién molida, al gusto
- Harina para rebozar (opcional, para sellar)

Cómo preparar Conejo guisado
- Sellar el conejo: Salpimenta los trozos de conejo. Si lo deseas, puedes pasarlos ligeramente por harina para ayudar a espesar la salsa. Calienta un buen chorro de aceite de oliva en una cazuela amplia o una olla. Dora los trozos de conejo por todos sus lados a fuego fuerte hasta que estén sellados y retíralos, reservando.
- Preparar el sofrito: En la misma cazuela, y si es necesario añadiendo un poco más de aceite, baja el fuego a medio. Agrega la cebolla picada y el pimiento verde. Sofríe lentamente durante unos 10-15 minutos, hasta que las verduras estén blandas y transparentes (pochadas).
- Aromatizar: Incorpora los ajos picados y cocina por 1 minuto, evitando que se quemen. Añade el pimentón dulce y remueve rápidamente.
- Integrar el tomate y el vino: Vierte el tomate triturado y cocina a fuego medio durante unos 5 minutos, hasta que el tomate haya perdido parte de su agua y se haya frito un poco. Luego, agrega el vino blanco y sube el fuego para que hierva y se evapore el alcohol (unos 2-3 minutos).
- Guisar: Vuelve a incorporar los trozos de conejo a la cazuela. Añade el caldo de pollo (o agua), la ramita de tomillo y el romero. El líquido debe cubrir casi por completo la carne.
- Cocción lenta: Lleva a ebullición, luego reduce el fuego al mínimo, tapa la cazuela y deja cocer a fuego lento durante aproximadamente 45 a 60 minutos, o hasta que el conejo esté muy tierno y se separe fácilmente del hueso. Revuelve ocasionalmente y si ves que la salsa se reduce demasiado, añade un poco más de caldo o agua.
- Rectificar y servir: Retira las ramas de hierbas antes de servir. Prueba el guiso y rectifica de sal y pimienta si es necesario. Sirve el conejo guisado muy caliente, acompañado de patatas fritas en dados o un buen arroz blanco para disfrutar de la salsa.












