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Starbucks: parte de las leyenda urbanas

De Starbucks hay varias leyendas urbanas y otras que son la más pura verdad, pero hoy voy a hablar de un poco de sus anécdotas históricas y de cómo un negocio puede moldearse y llegar a ser un «monstruo».

Tres amigos: el profesor de inglés Jerry Baldwin, el profesor de historia Zev Siegel, y el escritor Gordon Bowker abren el primer local con el nombre Starbucks en Seattle, Washington en 1971.

Fueron  inspirados por el empresario cafetero Alfred Peet y abrieron su primera tienda de máquinas para café y  venta de granos tostados, estaba ubicada en el número 2000 de Western Avenue.

Starbucks

Allí se dedican al negocio exclusivo de las maquinas y granos desde  1971 a 1976. Durante el primer año Alfred Peet fue su cliente exclusivo para luego comenzar a comprar granos verdes de café de otros proveedores. En 1977 la tienda se traslada a Pike Place.

Cómo nace Starbucks

La compañía toma su nombre de Starbucks, el primer oficial del Capitán Ahab en la novela Moby-Dick, el nombre de la compañía viene de la novela, aunque no de una manera tan lineal como podría suponerse a simple vista.

Y esto es porque a  Gordon Bowker le gustaba más el nombre «Pequod» (el barco ballenero de la novela), pero el socio creativo, Terry Heckler, los convenció diciendo que: «¡Nadie va a beber una taza de Pee-quod!» Ya que en inglés «pee» significa orinar. Por tanto, Heckler sugirió » Starbucks » y así se quedó.

El logo fue creado por la diseñadora Sophia Castle. Este logo es la imagen de una sirena de doble cola enmarcada en un anillo verde, rodeada por el nombre de la marca en blanco. El logo ha variado bastante a lo largo del tiempo y está basado en una ilustración francesa del siglo XV que era utilizada como marca de agua por una fábrica de papel.

En la primera versión que fuera diseñada en el año 1971, la sirena estaba pintada en blanco sobre fondo marrón, con el pelo corto o recogido bajo una corona, con los pechos al descubierto y mostrando completamente la doble cola abierta hacia los laterales y agarradas por ambas manos, en un dibujo con poca definición y una estética típica del siglo XVI.

Es usada de 1987 a 1992, una segunda versión. Entonces la sirena fue enmarcada por primera vez en su anillo verde, cortan la doble cola y sus pechos son púdicamente cubiertos por una cabellera, no obstante su ombligo era todavía visible. A partir de 1992, el logo no muestra ni los pechos ni el ombligo y las colas aparecen sólo enmarcando la cara.

Otras anécdotas en la historia de Starbucks

Como anécdota queda que a finales del 2006 y con motivo del aniversario 35 de la empresa, se volvió a usar el logo original, lo que generó una feroz controversia entre la empresa y algunos grupos conservadores porque éstos afirmaban que en el logo se veía a una mujer enseñando los pechos y con las piernas abiertas. ¡Qué horror! Esto duró hasta el 2008.

En el 2011 y ya, a nivel mundial se cambia el logotipo, enfocándolo más en la cara de la sirena, aprovechando al 40º aniversario de Starbucks además de una evolución internacional de la marca.

Volviendo al 1982, encontramos otra anécdota, que es cuando se incorpora a la empresa el empresario Howard Schultz, quien después de un viaje a Italia, específicamente a Milán, propuso a los socios ampliar la operación de venta de granos de café y máquinas, con la venta de café expresso y otras bebidas relacionadas con el negocio.

Lo que fue rechazado por los restantes socios pues que consideraron que esta actividad distraería  a los clientes del objetivo original de la empresa. Además, en aquella altura los socios pensaban que el café era algo que tenía que ser preparado en el hogar. Y para eso trabajaban.

Años de trabajo, dedicación, mucho marketing y como vemos, también un poco de suerte, hicieron del negocio de aquellos tres hombres una empresa multinacional que cotiza en la bolsa NASDAQ.

Hoy Starbucks tiene miles de tiendas en todo el mundo y el idioma «starbukiano» se nos ha colado en nuestras principales ciudades.

“Por favor dame un capuchino alto, doble descafeinado, sin grasa, extra seco”

Y lo de los nombres en los vasos de polietileno, ¡Eso si que no tiene nombre! Imagínate en la cola atrás de tus amigos cubanos Yuniesli y  Yanislaida…

¡Hasta el «frapuchino vinte moca blanco con canela dulce con un shot de avellana, un poco de canela, azúcar, con crema batida y un poco de azúcar con canela extra en la parte de arriba.» se te derrite!

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