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Harina de almendra casera

En esta ocasión, compartimos la receta para hacer la harina de almendra casera. Es ideal para emplear en postres, carece de gluten y posee un bajo índice glucémico.

Una vez que nos aventuramos en el mundo de la nutrición saludable, rápidamente nos percatamos de que la harina de trigo blanca es solo una opción entre muchas para elaborar nuestras comidas.

La harina de almendras es ideal para emplear en postres, carece de gluten y posee un bajo índice glucémico, lo que la convierte en una excelente alternativa para aquellos con celiaquía, diabetes o aquellos que deseen regular sus niveles de azúcar en la sangre.

Harina de almendra

La harina de almendra se confecciona utilizando almendras secas o tostadas, a las cuales opcionalmente se les puede retirar la piel. Prepararla en casa es sumamente sencillo, por lo que no es necesario acudir a tiendas especializadas para adquirirla.

Su durabilidad es similar a la de la harina convencional y resulta útil en numerosas preparaciones. En un momento posterior, te detallaremos todas las propiedades y ventajas de esta alternativa, pero por ahora, procedamos con los pasos a seguir para elaborar harina de almendra casera.

Harina de almendra casera

Ingredientes

  • 2 tazas de almendras sin piel

Harina de almendra

Cómo preparar la receta de Harina de almendra casera

  1. Si las almendras que tienes no están peladas, puedes utilizar el método de escaldado. Coloca las almendras en agua hirviendo durante unos momentos y luego retíralas. La piel se desprenderá con facilidad al pelarlas manualmente.
  2. Coloca las almendras sin piel en una sartén y caliéntalas a fuego medio durante aproximadamente 10 minutos o hasta que adquieran un tono dorado. El objetivo aquí no es tostarlas, sino deshidratarlas para lograr una harina más fina y similar a un polvo.
  3. Retira las almendras de la sartén y déjalas enfriar por un tiempo adecuado antes de proceder con el siguiente paso.
  4. Transfiere las almendras enfriadas a un procesador de alimentos o a una licuadora. Tritúralas hasta alcanzar una consistencia completamente pulverizada. Este paso es esencial para obtener una textura adecuada en la harina.
  5. Si decides no deshidratar o dorar las almendras previamente, ten en cuenta que la harina resultante tendrá una consistencia más pastosa. Ajusta este paso según tus preferencias.
  6. Emplea un tamiz para eliminar cualquier pequeño fragmento que pueda haber quedado en la harina triturada. Esto asegurará una textura más uniforme y suave en la harina de almendra.
  7. Guarda la harina de almendra preferiblemente en el refrigerador. De esta manera, se mantendrá fresca y lista para su uso cuando la necesites en diversas preparaciones culinarias.
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