Una de las características que identifican a los pueblos o culturas son sus hábitos alimenticios, estos incluyen los alimentos que consumen con regularidad así como las formas de prepararlos y la manera de ingerirlos. Hoy hablaremos del Té, Prú, Kvas: Bebidas no alcohólicas
Aunque cuando hablamos de alimentos creemos que sólo son aquellos sólidos o mezclas semi-sólidas básicas, sin embargo, estos incluyen las bebidas.
Hay evidencias de elaboración de bebidas que nos remontan a una época en que nos costaría mucha imaginación en reconocer a aquellos homínidos como nuestros parientes directos.
De las primeras bebidas que tenemos constancia son fermentaciones de granos y hierbas, algo muy parecidas a nuestra actual cerveza.
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Muchas especies de animales, entre las que se incluimos como parte de la cadena alimenticia, compartimos un sentido primario de acumulación de alimentos.
Sin embargo, nuestra especie ha llevado este instinto al máximo usando el intelecto, no sólo para crear nuevas 
técnicas de conservación, sino para transmitirlas entre sí.
La fermentación se encuentra entre uno de los primeros logros, que alcanzamos en nuestra etapa primaria de desarrollo.
Todos los pueblos tienen sus propias costumbres al beber con las que se sienten identificadas, por ejemplo:
- El tequila, que los mexicanos toman en pequeños vasos, precedido cada trago por una chupada a medio limón con una pizca de sal
- El coñac que los franceses toman calentando las copas con el cuenco de sus manos,
Pero, no sólo forman parte de las tradiciones de los pueblos las bebidas alcohólicas, sino que las que más han marcado hitos importantes en las culturas son precisamente las bebidas que carecen o presentan muy poco contenido alcohólico.
Bebidas no alcohólicas
Las bebidas no alcohólicas están asociadas también con sus correspondientes ritos, en ocasiones, sumamente elaborados.
El mejor ejemplo de esto es, quizás, la ceremonia que realizan los japoneses para beber el té.
También los ingleses son famosos por su afición a esta infusión, sobre todo en la tarde, cuando lo acompañan con bizcochos o galletas, según el gusto de cada cual.
Las novelas inglesas, incluyendo las policiacas, han utilizado esta costumbre con fines dramáticos en muchas ocasiones.
En la serie de televisión «El mentalista», su protagonista: Patrick Jane, es un consumidor habitual de té, y ese hábito suyo se ha utilizado también con fines dramáticos. No diremos más sobre el asunto para no arruinar la sorpresa de quienes no hayan visto ese capítulo de la serie.
No solamente existen muchas formas de beber el té. También existen muchas variedades de éste. Las principales son el té negro (el más popular en Rusia), el té verde (muy popular en Japón), el té rojo y el té blanco.
Existen también muchas otras infusiones deliciosas, pero poco conocidas lejos de sus lugares de origen. Por ejemplo,
el Bailahuén de sudamérica.
Entre otras bebidas no alcohólicas que han alcanzado gran popularidad se encuentra el Prú Oriental, bebida típica de la zona oriental de Cuba y el Kvas de Rusia.
El Prú se obtiene a partir de la fermentación de la raíz de la planta llamada bejuco ubí. También puede agregársele gengibre, canela o ají pimiento, a gusto del consumidor. Tan gustada es la bebida por los que la han probado, que en el occidente de Cuba y en países de Latinoamérica también encontramos comercios donde la ofertan.
El Kvas es una bebida que se elabora con malta y harina de centeno (es la misma harina con la que se prepara el pan negro). Estos ingredientes se mezclan, se les añade agua y se les deja fermentar. En algunos lugares le añaden frutas, para que su sabor sea un poco afrutado.
Tanto el Prú como el Kvas, están catalogadas como bebidas no alcohólicas, lo cual ha llevado al enfrentamiento entre los catadores de bebidas. Ya que algunos defienden que al poseer un 2% de alcohol debe estar considerada entre las bebidas alcohólicas. Es un debate que aún se encuentra abierto. ¿Quieres compartirnos tú opinión?
