¿De qué forma resulta tan exquisito algo tan simple como un buen pedazo de pan con chocolate? Seguro que con unos exquisitos panes de Viena caseros idóneos para bocadillos infantiles. Muchos recordarán comerlos de manera casi diaria en las meriendas de la niñez.
El pan de Viena, desde su origen, es un pan elaborado con leche, mantequilla y huevos, una especie de brioche ligero.
Al parecer, su origen es en Viena, Austria, tal y como su nombre indica. Se hizo popular en Francia en el siglo XIX, de donde pasó a España. Por eso podemos resumir diciendo, que el pan de Viena es un pan europeo, además de tierno y ligeramente dulce.
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Aunque pueda parecer una receta muy complicada de hacer, nada más lejos de eso. El pan de Viena es muy sencillo de elaborar, así que, sin temor, puedes comprar los ingredientes y ponerte manos a la obra, siguiendo esta receta paso a paso.
Cómo preparar los Panes de Viena
Ingredientes
- 600 g de harina de fuerza (W360)
- 300 ml de leche
- 15 g de levadura
- 50 g de azúcar
- 3 huevos
- 70 g de mantequilla
- Sal
Como hacer pan de Viena
- Precalienta el horno a 200°C.
- En un bol mezcla 100 g de la harina con 100 ml de leche y la levadura.
- Déjala fermentar hasta que veas que está subiendo y burbujeando.
- Añádele el resto de la harina y de la leche, la sal, la mantequilla, el azúcar y 2 huevos.
- Amasa hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y la masa esté suave.
- Haz una bola con ella y colócala en un bol.
- Cúbrela con film transparente y espera 5 minutos para que leve.
- En la bandeja de horno coloca papel vegetal.
- Cuando ya haya fermentado, comienza a dividir la masa en porciones de acuerdo con el tamaño y la forma que prefieras.
- Colócalos en la bandeja sobre el papel vegetal.
- Cúbrelos con film transparente y déjalos fermentar nuevamente hasta que dupliquen su tamaño.
- Bate 1 huevo.
- Antes de llevarlos al horno, pincélalos con huevo.
- Hornéalos durante 15 minutos.
- Retira del horno los panes de Viena.
- Sirve y disfruta de un pan de Viena acabado de hacer.
La receta de panes de Viena debiera estar catalogada entre los productos adictivos, por lo menos para mí, jejeje. Son toda una tentación, sobre todo acabados de hornear.
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