El tomate frito casero es totalmente diferente al que se compra en el supermercado y es mucho más sabroso.
Lleva mucho tiempo hacerlo (felizmente, gran parte de ese trabajo lo hace el horno), y al final, tendrás suficiente pasta de tomate frito casero para usarla en varias recetas de cocina.
Tomate frito casero vs. comprado en el super
Indice de contenido
La mayoría de nosotros conocemos el tomate frito como un alimento básico de la despensa, que se compra en latas o en frascos y rara vez son algo especial.
Cuando preparas el tomate frito casero, como lo haces tú mismo, eliges los tomates que vas a usar, que serán los que le den el sabor. La cocción lenta también ayuda a darle un sabor intenso.
Elegir los tomates adecuados para el tomate frito
Hay una cosa que debes tener en cuenta: Mientras que cualquier tomate puede ser usado para hacer el tomate frito casero, el tipo de tomate que escojas hará la diferencia en el resultado final.
Las veces que he usado tomates de pasta carnosa, obtengo 5 o 6 frascos.
Almacenamiento del tomate frito casero
Si quieres guardar el tomate frito casero de una forma muy fácil, solo tienes que dividir la pasta terminada en bandejas de cubitos de hielo, congelar y luego colocar los cubitos congelados en una bolsa plástica y volver a colocar en el congelador. Cada vez que necesites una pequeña cantidad de pasta de tomate, sacas un cubo. Estos cubos pueden permanecer congelados hasta nueve meses.
Otras recetas fáciles de hacer: <<Ensalada de patata>> <<Sandwich de atún y aguacate>> <<Hamburguesas rellenas con queso>>
Cómo usar el tomate frito casero
El tomate frito casero funciona muy bien en todos las recetas tradicionales, como sopas, guisos y enchiladas. Sin embargo, el intenso sabor a tomate también hace que sea delicioso untado en un pan tostado o para añadir a una tortilla de espinacas.
Tomate frito casero
Ingredientes
- 4,5 kg de tomates
- 2 cucharadas aceite de oliva
- 2 cucharaditas sal marina
- 1/2 cucharadita ácido cítrico o 2 cucharadas de jugo de limón embotellado
Cómo hacer el tomate frito casero
- Precaliente el horno a 180ºC.
- Arregla 2 rejillas para dividir el horno en tres.
- Cortar los tomates en cuartos.
- Verter el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio-alto hasta que esté brillante.
- Añadir los tomates cortados y cocinarlos hasta que estén blandos y las cáscaras empiecen a desprenderse de la pulpa del tomate.
- Pasar los tomates calientes por un tamiz o un chino para separar la pulpa del tomate de las semillas y las cáscaras.
- Agregue la sal marina y el ácido cítrico o el jugo de limón en la pulpa y revuelva.
- Descarte o haga abono con las semillas y las cáscaras.
- Dividir la pulpa de tomate entre 2 bandejas para hornear que tengan borde. También puede usar una fuente apta para horno grande, pero tardará más tiempo en cocinarse de esa manera.
- Coloca las bandejas en el horno.
- Revise los tomates cada media hora, revolviendo la pasta y cambiando la posición de las bandejas para que se reduzcan uniformemente pues con el tiempo, la pasta comenzará a reducirse.
- En este punto, unir el contenido de las dos bandejas en una sola.
- Continuar horneando hasta que se reduzca a la mitad.
- La pasta estará lista cuando esté brillante, de color ladrillo, demorará de 3 a 4 horas, aunque los tiempos exactos de horneado dependerán de la jugosidad de los tomates.
- No debería haber agua o jugo restante que separe de la pasta en este punto.
- Retirar del horno y dejar refrescar unos minutos.
- Dividir la pasta de tomate frito casero en frascos, dejando un espacio de 1 o 2 cm.
Opción 1: Procesar la pasta de tomate en un baño de agua caliente. Para esto coloque las tapas y ponga en un baño de agua hirviendo durante 15 minutos. Manténgalo en un lugar fresco y oscuro por hasta 1 año. Después de abrirlo, refrigerarlo hasta 1 semana.
Opción de conservación 2 – Refrigerar o congelar. Si no quieres procesar la pasta, puedes refrigerarla o congelarla en su lugar. Cubra cada frasco con una capa de aceite de oliva y colóquelo en el refrigerador o en el congelador. Mientras lo mantengas bien cubierto de aceite de oliva y te asegures de que sólo usas una cuchara muy limpia para sacarlo del frasco, se mantendrá en el refrigerador durante 3 o 4 semanas. Congelado, se mantendrá hasta 9 meses.
¿Puedo usar jugo de limón en lugar de ácido cítrico?
Sí, se puede usar jugo de limón, pero si lo vas a congelar te recomiendo utilizar del que venden en el supermercado, que está pasteurizado. Para la cantidad de tomates de esta receta se deben agregar 2 cucharadas de jugo de limón.
¿Vale la pena el tiempo que se demora?
Sí, vale la pena porque además de tener un sabor intenso, es un producto saludable, sin conservantes ni otros aditivos.